Muy lento crecimiento en Alemania
Según el FMI, Alemania ha crecido un 0’2% este año 2025, tras dos años de recesión y un 1% el próximo año; si bien las perspectivas a medio plazo son preocupantes por el rápido envejecimiento de la población y el escaso incremento de la productividad.
Según este Organismo ha sido un acierto derogar el límite de deuda lo que puede permitir acometer el Plan de inversión en infraestructuras e incrementar los gastos en defensa; si bien la falta del rigor fiscal tradicional pude tener consecuencias negativas en el futuro, por los problemas que plantea el incremento del endeudamiento público.
En cualquier caso, considera que, sin reformas estructurales urgentes y audaces a nivel nacional, el potencial de crecimiento se seguirá manteniendo muy bajo.
Es necesario, según el FMI, entre otras medidas recortar drásticamente los incentivos fiscales para las parejas casadas, eliminar la excesiva burocracia e impulsar las ganancias de productividad y el espíritu emprendedor.
Alemania posee un sector industrial, modélico en el pasado y que actualmente está atrapado en sectores de muy bajo crecimiento como el del automóvil, que además se ven perjudicados por un fuerte incremento de la competencia internacional. Además, sus costes son cada vez más elevados por el cierre de las centrales nucleares y la implementación de las políticas de la Agenda 2030.
Además, el país germano sigue soportando importantes costes fiscales vinculados a la reunificación.
Por todo ello Alemania ha pasado de ser “Locomotora de Europa” a representar uno de sus principales lastres; solo reformas estructurales de calado pueden revertir la situación, en caso contrario el crecimiento seguirá siendo casi inapreciable.
EUROPA PIERDE PESO EN EL MUNDO
La economía europea en el año 1980 representaba, en paridad de poder adquisitivo depurada por las distorsión que genera la inflación, casi el 28% del PIB mundial, EEUU el 21% y China tan solo el 2%; sin embargo, en el año 2025, China significa casi el 20% del total de la economía mundial, EEUU el 15% y la Unión Europea tan solo el 13%.
En los últimos 45 años ha perdido más de la mitad de su importancia internacional por la elevación de la presión fiscal en Europa para financiar sobre todo el mayor Estado del Bienestar del mundo, por la escasez de avances tecnológicos propios, por la fata de ganancias de productividad y por la implementación de las medidas de la Agenda 2030. Estas son las razones fundamentales que explican el declive de los países europeos, sobre todo de los mayor tamaño como Alemania o Francia.
En palabras de Cristin Lagarde: “el gran problema del Viejo Continente es tener un modelo de crecimiento orientado a un mundo que está desapareciendo”.
Tal y como ponía de manifiesto el Informe Draghi, Europa tiene que llevar a cabo profundas reformas estructurales, y recuperar el tren de la tecnología para poder incrementar su productividad y competitividad internacional, en caso contrario se acelerara la decadencia.
En esta misma línea se manifiesta el premio Nobel de Economía Bengt Holmstrom que incluso compara el declive europeo con el que sufrió Argentina durante el pasado SXX.
LOS PROBLEMAS DEL ENVEJECIMIENTO
La OCDE ha presentado su informe sobre España en el que estima un crecimiento del PIB del 2,9% para el año 2025; y una desaceleración que ya se ha iniciado, para situarse el 2,2% en el 2026 y el 1,7% en 2027.
El informe establece que España es uno de los países del mundo que más va a sufrir las consecuencias negativas del envejecimiento de la población; lo que aumentara la inestabilidad financiera del Sistema Público de Pensiones y de la deuda pública en general.
Este Organismo Internacional, para tratar de paliar la grave situación, propone ampliar a 35 años el periodo necesario para calcular la base reguladora. Actualmente para el cálculo se empleaban los últimos 25 años de cotización, que se irán ampliando de una manera gradual hasta situarlos en los 29 años en 2036, y se permitirá descontar los dos años menos favorables.
Según los análisis de la OCDE, ampliar la base de cálculo a los 35 años, permitiría reducir un 0,9% el déficit del sistema.
Según la AIDeF el gasto en pensiones se incrementará en 3,2 puntos porcentuales del PIB entre el año 2023y el 2050 y el gasto, sobre todo de sanidad y dependencia vinculado a la vejez, se podría elevar en 5,2 puntos más.
Este proceso pude provocar una elevación de la deuda pública hasta el 135% del PIB en 2050, puesto que el envejecimiento de la población implica un mayor gasto en pensiones, sanidad y dependencia.
La OCDE también ha criticado el subsidio de paro para mayores de 55 años, por ser un mecanismo desincentivador para buscar empleo activamente, y un plan de jubilación anticipado de facto.
Asimismo, advierte el Informe de los riesgos que provocaría sobre el empleo, una subida significativa del SMI para el 2026, tal y como proponen los sindicatos.
Este Organismo propone para España reformas estructurales profundas, en el Sistema Público de Pensiones para garantizar su sostenibilidad, y en el mercado de trabajo para aumentar su eficiencia.







